
Presente a lo largo de nuestra historia, tanto como motivo decorativo como publicitario, los azulejos han vuelto a ponerse de moda.
Una pieza increíblemente versátil y cuya facilidad estética y de adaptación se adapta a todos los gustos y colores. Porque basta con solo una idea y un cortazulejos para aventurarse en su universo imperecedero.
Un clásico que no envejece y se amolda a tu medida
Pese a que las tendencias del minimalismo parecieron condenarlo un breve tiempo al rincón de los vestigios, la realidad es que los azulejos se han vuelto a poner de moda. Gracias al resurgimiento de la estética vintage, que abarca desde la vestimenta y ciertos artículos de uso diario hasta la decoración y el interiorismo, se trata de un revestimiento imperecedero y con muchísimas ventajas. Aunque, por supuesto, los modelos más codiciados se han convertido en aquellos que, irónicamente, antaño asociábamos a los hogares de nuestros abuelos. Pero que gozan de una versatilidad que tanto se adapta al estilo modernista como al industrial que domina hoy la estética doméstica.
Además, hoy en día su personalización y montaje se ha popularizado de tal modo que todo queda en nuestras manos. Pudiendo escoger entre miles de posibilidades, con motivos que van de la más sobria de las elegancias hasta el más desenfadado de los estilos contemporáneos. Siendo especialmente codiciados los azulejos de cerámica o de porcelánico, hoy en día fáciles de encajar con una máquina de cortar azulejos en cualquier espacio del hogar que nos lo pida. Y, por ello, si existe cualquier duda sobre su flexible capacidad de adaptación, quizá unos pocos consejos, ideas y argumentos a favor de este clásico ayuden a entender su agradecida versatilidad.
Un convulsivo recorrido histórico, técnico y estético
En primer lugar, cabe decir que el uso de esta pieza decorativa clave se remonta ya a la antigua Mesopotamia. Y, por ello, si los azulejos sirvieron para decorar grandes tesoros arquitectónicos a lo largo de la historia humana, es difícil que hallen pegas en el momento de llegar a nuestro hogar. De hecho, es justamente su historia la que nos da una pista sobre su popularización, apareciendo en distintas épocas con motivos que fueron de lo publicitario e histórico a lo ornamental e ilustrativo popular según su lugar de aplicación. Una oda a la geometría de la naturaleza y la representación de los oficios, pero también al imaginario religioso y el poder del marketing primitivo.
Esa dilatada trayectoria en nuestra historia —donde, por cierto, rindieron gran tributo al azulejo Portugal y España— ha permitido dar con técnicas y fórmulas que permiten al azulejo adaptarse tanto a interior como a exterior y en cualquier parte. Así, no es difícil advertir un sutil patrón de azulejos en las escaleras o en el lavabo de una vivienda, como admirarlo en su grandeza decorando toda una fachada con motivos más vistosos. Asimismo, un mundo de extremos donde convergen fácilmente la técnica mayólica —intrincadas pinturas sobre el mismo azulejo— y el cartabón —dividiendo el azulejo a tramos de un color u otro admitiendo todo tipo de formas y combinaciones.
Pero ¿son realmente prácticos los azulejos?
Tratándose de una pieza generalmente de cerámica, en muchos casos vidriada, muchos pueden creer que su mantenimiento genera demasiado trabajo. Sin embargo, a menos que hayan recibido un duro golpe o se hayan instalado mal, los azulejos gozan de una larga esperanza de vida. Evidentemente, su durabilidad siempre dependerá de su lugar de colocación. Razón por la que nunca está de más abrillantarlos de vez en cuando, utilizando preferiblemente amoníaco diluido en agua y aplicándolo sobre la superficie con una hoja de papel para arrastrar la suciedad. Y, para el baño, limpiar las juntas ennegrecidas por la humedad con vinagre o bicarbonato cuando sea conveniente.
Asimismo, será necesario tener en cuenta su ubicación y exposición a uno u otro tipo de sustancia para abordar su limpieza, aunque siempre serán más fáciles de limpiar que una pared. De este modo, si bien la grasa fruto de nuestras aventuras culinarias puede ser un verdadero engorro en la pared, resulta muchísimo más sencilla de eliminar de un azulejo. A la par que la constante limpieza dará una apariencia impecable a nuestros azulejos en pocos minutos y si se realiza regularmente. En definitiva, una suerte de elementos que hacen del azulejo una pieza tan fácil de tratar como de disfrutar y que, además, da rienda suelta a nuestra imaginación.
Escoge un patrón y un motivo a tu gusto
Como se ha mencionado, el renacer de los azulejos en la contemporaneidad ha dado con todo tipo de diseños y posibilidades, tanto preexistentes como actuales. Así, y si no queremos revestir toda una pared, existe la opción de escoger un marco de azulejos en concreto para resaltar su ubicación y expresividad en la pared. Un detalle muy sutil, pero que consigue grandes y sugerentes efectos decorativos si echamos mano de la personalización o si, incluso, nos animamos a pintarlos debidamente.
Además, su manejo es realmente sencillo gracias al uso de máquinas para rayar y partir azulejos a fin de encajarlos en el lugar escogido. Y es que basta con un simple cortazulejos para conseguir cortes rápidos y precisos, sin necesidad de toma eléctrica y sin apenas generar ruido y mucho menos polvo. Existiendo en diversos formatos y tamaños para que podamos amoldar el azulejo ideal a nuestra idea decorativa con toda la tranquilidad que aporta esta pequeña obra de arte al acceso de todos.