
En alguna ocasión se observa como en un rincón del hogar comienza a brotar agua, aparecen manchas de humedad que antes no existían, o incluso, sin que aparentemente existan fugas de agua, la factura del suministro se ve incrementada drásticamente.
En cualquiera de estos casos, detectar el punto desde el que parte la avería es fundamental, y para ello, lo mejor es contar con expertos en la materia
Cualquier contratiempo que suceda en el hogar significa una preocupación lógica para sus propietarios, especialmente, si es la vivienda habitual. Aunque también genera cierto desconcierto cuando los inquilinos comentan que hay una avería o una causa sobrevenida que impide el normal uso del espacio en una segunda vivienda o casa de alquiler. Así pues, dentro de esos temores más habituales se encuentran los relacionados con las fugas de agua. No obstante, cuando estas ocurren y se detectan los primeros indicios, sean visibles o no, lo más adecuado es ponerse en manos de expertos fontaneros que diagnostiquen la procedencia de la fuga con intención de paliar los efectos causados, así como para evitar males mayores o que la fuga suponga más problemas.
En este sentido, una de las preguntas más frecuentes de los propietarios o inquilinos es: ¿por qué se producen las fugas de agua en tuberías? Desde luego, la respuesta más acertada es pensar que esas averías tienen como causante principal el deterioro de la propia red de tuberías, normalmente por culpa de una fisura en algún punto, o por el desgaste también en alguno de los complementos del desagüe, así como en el drenaje del mismo. Pero existen más puntos susceptibles para que se genere una fuga de agua, especialmente, en esos elementos sanitarios como pueden ser los grifos de un lavabo, fregadero o ducha.
Hay que reconocer que es muy habitual que las fugas de agua que se detectan en las casas suelen ser causadas por una instalación deficiente o porque el paso del tiempo ha hecho estragos en los elementos auxiliares. Pero también, puede ser debido a la desidia en el cuidado de las tuberías o por el roce continuado, todas ellas son posibles causas adversas para un buen mantenimiento de la red de agua en el hogar. Hay que manifestar, en este aspecto, que es necesario reponer parte de las tuberías pasados los años de recomendación de uso de los materiales o cuando la vivienda es de construcción antigua, porque, por regla general, el propio uso desgasta y hacer estas pequeñas intervenciones periódicas ayudará a prevenir inconvenientes como este en el futuro.
En definitiva, se debe prevenir, y si existe una duda de que pueda haber una fuga de agua, lo mejor será siempre adoptar las medidas necesarias y con la máxima prontitud que sea posible, ya que esto será un modo de atajar el problema desde el principio, anticipando que esa avería pueda provocar adversidades mayores y, por supuesto, hacer todo lo posible para que el hecho de reparar la fuga no suponga tener que hacer obras, ya que esto puede llevar aparejado un gasto y trasiego sobrevenido, que seguro no será agradable.
El primer paliativo al problema es detectarlo
No obstante, como se ha expuesto, lo más importante ante este hecho es saber cómo detectar una fuga de agua a tiempo, porque es la garantía de que se actuará cuando todavía los efectos no revistan gravedad y, por supuesto, se detendrán los deterioros causados y, por tanto, los efectos más perniciosos. A continuación, se relata una serie de detalles que pueden hacer sospechar que existe una fuga de agua en el hogar.
En primer lugar, si se observan pequeños abultamientos en suelos o paredes, así como si en ciertas superficies se detecta más blandura de la debida, es muy probable que haya una fuga de agua a causa de una rotura. Igualmente, la factura puede dar muchas pistas, ya que si no se hace un consumo excesivo respecto a otros periodos, pero ha aumentado exponencialmente el pago de la tasa, es posible que se deba a una fuga invisible y habrá que estar atento a ello. Un buen consejo para detectar esto es cerrando todos los grifos y llaves, y comprobar si el contador sigue teniendo actividad, eso será un síntoma de fuga. Algo parecido se debe hacer si se escucha agua y se han paralizado todos los electrodomésticos que puedan emitir ese sonido; en caso de que persista el ruido, se estará ante una fuga, casi seguro.
También, hay que prestar una especial atención a las manchas oscuras o zonas que pierden color en el hogar, ya que desde la observación se pueden obtener algunas conclusiones interesantes, tales como que si esas manchas húmedas no se disipan por sí mismas, de forma que será más que probable que las esté provocando una fuga de agua, por lo que por medio de una filtración, el agua se puede adentrar en suelos y paredes, lo que puede provocar males mayores en el hogar.
Aunque sea difícil determinar la causa, la tecnología siempre ayuda
Y, es que hay veces en las que se vuelve muy complicado detectar una fuga de agua, ya sea porque está demasiado oculta, por falta de evidencias a simple vista o porque después de haber aplicado todos los consejos anteriores, el problema sigue. Ante esta situación, habrá que acudir a los recursos que ofrece la tecnología.
Es obvio que existen fugas de agua que no son visibles desde la propia observación y, según los expertos, en torno al 70% de las fugas que se pueden dar en un hogar están ocultas, y en la mayoría de los casos, son producidas bajo el suelo. En este sentido, aquellas que tienen lugar en paredes o techos, presentan más opciones de ser paliadas, ya que su localización es más fácil de determinar; aunque hay que reconocer que en algunas fugas es complicado encontrar el origen.
Ante este hecho, los expertos en fontanería son conocedores de que esas averías que tienen causa por rotura o deterioro en la red de tuberías soterradas, suponen una detección más alejada en el tiempo, y es por eso que los daños que acarrean son, generalmente, mucho mayores, lo que implica que el coste del arreglo también puede ascender más y que las estructuras se puedan ver dañadas. En estos casos habrá que utilizar métodos de localización de fugas de agua basados en los avances que proporcionan las nuevas tecnologías, donde los ingenieros y profesionales del sector se han afanado por fabricar aparatos cuya función es detectar, cuanto antes, todo tipo de fugas en tuberías enterradas, para darles la mejor solución.
Por último, cabe señalar que la aplicación de equipamiento tecnológico facilita la actuación más temprana y, gracias a sus datos fiables, esto facilita el diagnóstico y, por ende, se puede llevar a cabo un protocolo de actuación más adecuado para la fuga. Así, una de las herramientas utilizadas es la cámara termográfica, que arroja datos a través del coloreo de la zona afectada a través de diversas intensidades, que se asocian al color y a la temperatura, y con ambos parámetros, se facilita la detección.
En definitiva, gracias a los avances de la tecnología, los equipos termográficos hacen un escaneo de las humedades, arrojando resultados con una gran rapidez y por supuesto, haciéndolo de una manera no invasiva, lo que servirá a los fontaneros y otros profesionales para dar solución a estas fugas tan temidas por los propietarios.