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Reformas Barcelona

Qué pasa si falla la homologación del andamio

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Es importante que los andamios respeten la legislación vigente para evitar disgustos

La principal prioridad que debemos valorar a la hora de usar un andamio es la de comprobar su homologación. Porque sólo así podremos estar tranquilos con respecto a los estándares de seguridad, que es ineludiblemente el aspecto que más debería preocuparnos en el uso de estas herramientas de trabajo en altura.

Cuando se trata de andamios, hemos de comprobar antes que cuenta con la homologación, porque es la vía para garantizar que ha sido diseñado y fabricado según la normativa de seguridad.

La opción más segura

Al estar trabajando a varios metros del suelo (en ocasiones a muchísima altura) es vital contar con el equipamiento necesario y que además cumpla con los estándares. Por eso, hay que saber elegir muy bien a qué empresa de venta y alquiler debemos recurrir, ya que es más necesario que nunca que esta empresa tenga todas las acreditaciones necesarias para comercializar este tipo de producto. Por seguridad, es mejor huir de las ofertas de particulares que no pueden ofrecernos garantías acerca de homologaciones y cumplimiento de la normativa, además de que esa herramienta de trabajo haya tenido el correcto y necesario mantenimiento.

Para su instalación en la vía pública y siempre que vayan a ser utilizados por personas, es obligatorio contar con la homologación. Esa certificación nos permite saber dónde ha sido fabricado el andamio, cuáles son las características de la composición de sus materiales y las características de su fabricación, que habrá seguido la directiva.

La homologación consiste en una serie de pruebas o ensayos en los que se comprueba su resistencia a la deformación y al peso, la durabilidad de los materiales o la seguridad de los puntos de apoyo, entre otros aspectos.

Al margen de esa homologación, la legislación española exige que se cumplan unos requisitos mínimos relacionados con la Ley de Riesgos Laborales. Los andamios están dentro de un marco normativo especial que les obliga a tener la resistencia adecuada y los elementos de apoyo suficientes.

Las inspecciones periódicas también son otra parte fundamental, sobre todo si el andamio no se va a utilizar en un periodo de tiempo más o menos largo, para que no haya consecuencias porque esa inactividad haya podido afectar a su estabilidad.

Hay que contar igualmente con que podemos enfrentarnos a situaciones que pueden hacer peligrar esa sensación de que la seguridad del andamio está controlada. Un pequeño movimiento sísmico, un fuerte fenómeno meteorológico o incluso la presencia de alguna persona extraña a la obra, pueden desestabilizar su aplomo. Es una razón más para acometer con regularidad una revisión de los andamios.

¿Y si mi andamio tiene la homologación caducada?

Más allá de considerar la importancia de tener la documentación en regla para evitar pagar una cuantiosa multa, hemos de recordar que realizar trabajos en altura está en general muy asociado a jugarse la vida y que esta es precisamente la primera razón para tenerlo todo en regla. Tanto empresa como trabajadores deben implicarse en asegurarse de que el andamio está correctamente homologado. Y si ha caducado entonces sólo tendrá que exponerse la estructura de nuevo a las pruebas ante el organismo oficial que proporciona la acreditación.

Lo mejor es dejarse guiar por las empresas profesionales que comercializan con la venta y el alquiler de andamios para tener plena tranquilidad. Son estos profesionales quienes nos guiarán acerca del tipo de andamio que necesitamos (preferentemente de aluminio) y los pasos a seguir.